Un plato lleno de cuentos
Martín era un niño al que le gustaba hacer muchas cosas: jugar, cantar, dibujar, escribir, ver la tele... Lo que menos le gustaba a Martín era comer. Si comía en casa de la abuela no había problema, ya que le perrmitía elegir lo que más le gustaba: ¡macarrones con carne picada!, pero sus papás le obligaban a comer de todo.Ese día había pescado y espinacas. ¡Eso era demasiado!. Se sentó en la silla y su mamá le dijo:- Te serviré sólo un poco, ¿vale?.Martín no dijo nada, bajó la cabeza, cerró los ojos y apretó fuertemente la boca. Estuvo así un rato hasta que papá le dijo:-Tienes que comértelo, y si tardas mucho se enfriará y sabrá peor.Martín abrió un ojo, levantó un poco la cabeza, cogió el tenedor y...¡Dios mío, aún estaba allí toda la comida!. Acercó el tenedor lleno de comida a la boca pero... la boca no quería abrirse. Volvió a intentarlo pero... ¡no quería, no quería!... y la boca no se abría. Ahora ya no veía el plato, ni la comida porque había empezado a llorar.Mamá acercó su silla y le contó una historia:- Había una vez un castillo rodeado por un bosque…, y empezó a hacer montañas, el castillo, los prados y muchas cosas más con su comida.Entre tantas peleas, dragones e incendios la comida fue desapareciendo del plato. Desde entonces Martín, cuando no le gusta la comida, le pregunta a sus papás: - ¿Qué hay en el plato?.- ¿El mar? ¿un submarino? ¿un pulpo gigante?. Contestan ellos.-¡Sí! ¡Vale!.
...y colorín colorado este cuento se ha acabado.
1 comentario:
Cuando era pequeña, mi madre me hacia la misma cosa...no me gustaba comer, y los cuentos en los platos fueron mis sueños del dia...Es una buena idea, pero los niños de hoy dia son mas exigentes y no creo que van comer de la misma manera en 2006!!!
pueden comer escuchando musica o viendo Spacetoon!!!:)
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