27 de febrero de 2007

Un cuento de la India: EL BRAHMÍN ASTUTO

Era en el norte de la India, allí donde las montañas son tan elevadas que parece como si quisieran acariciar las nubes con sus picos. En un pueblecillo perdido en la inmensidad del Himalaya se reunieron un asceta, un peregrino y un brahmín. Comenzaron a comentar cuánto dedicaban a Dios cada uno de ellos de aquellas limosnas que recibían de los fieles. El asceta dijo:
--Mirad, yo lo que acostumbro a hacer es trazar un círculo en el suelo y lanzar las monedas al aire. Las que caen dentro del círculo me las quedo para mis necesidades y las que caen fuera del círculo se las ofrendo al Divino.
Entonces intervino el peregrino para explicar:
--Sí, también yo hago un círculo en el suelo y procedo de la misma manera, pero, por el contrario, me quedo para mis necesidades con las monedas que caen fuera del círculo y doy al Señor las que caen dentro del mismo.
Por último habló el brahmín para expresarse de la siguiente forma:
--También yo, queridos compañeros, dibujo un círculo en el suelo y lanzo las monedas al aire. Las que no caen, son para Dios y las que caen las guardo para mis necesidades.
* Así proceden muchas personas que se dicen religiosas. Tienen dos rostros y uno

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este cuento nos recuerda algo que vemos desde la existencia del hombre en la tierra, y que desgraciadamente la religión no consigue retirarlo en algunos casos, cuando la codicia y el egoísmo tapan los ojos a la gente y les impiden ser sinceros incluso con dios..dios que les ha dado tanto.

Anónimo dijo...

Algunas personas utilizan la fe de la gente para llegar a sus fines como la iglesia del siglo catorce.

Anónimo dijo...

y también como los que mendigan sin tener necesidad..