Los científicos andalusíes no sólo hicieron de puente entre Oriente y Europa, sino que también realizaron notables aportaciones propias a la ciencia medieval.
La visión que presenta a al-Andalus como un mero puente cultural que recuperó los saberes heredados de la tradición clásica y de la ciencia islámica oriental y los puso al alcance de los traductores árabo-latinos entre finales del siglo XI y el siglo XIII es del todo inexacta. La ciencia andalusí hizo también importantes aportaciones originales y contó con notables figuras que brillaron con luz propia en la Europa de su tiempo.
Entendemos por al-Andalus aquella parte de la península Ibérica que estuvo sometida a un dominio político estable por parte de los musulmanes durante la Edad Media y donde el árabe se difundió como lengua de la cultura y la ciencia. Los límites cronológicos son, pues, claros: desde 711 (primera entrada de los conquistadores islámicos en la Península) hasta 1492 (toma de Granada por los Reyes Católicos). Respecto al marco geográfico, constituye una realidad que se va encogiendo progresivamente con el transcurso del tiempo: en una primera fase, el islam controlaba todo el espacio peninsular con la excepción de los pequeños núcleos de resistencia situados en el norte; después, poco a poco, a medida que los cristianos van reconquistando territorios, la frontera de al-Andalus se desplazó inexorablemente hacia el sur, quedando finalmente reducido su ámbito al reino de Granada.
La ciencia andalusí se desarrollo, pues, en un espacio cambiante. Así, cada vez que al-Andalus ve reducido su marco territorial como resultado de una conquista rival, los científicos emigran hacia el sur, a tierras islámicas peninsulares o del norte de África. En la España cristiana, serán los judíos los herederos de la tradición científica andalusí, mientras que no existirá una ciencia mudéjar o morisca de envergadura.
Pero no sólo el marco geográfico varió a lo largo de los casi 800 años comprendidos entre la invasión musulmana y la conquista de Granada; también lo hicieron el alcance e importancia de la cultura andalusí. Si durante una primera etapa (711-821) parece existir un cierto vacío que los conquistadores rellenaron recurriendo a los humildes saberes latino-visigodos, el reinado de Abderramán II (821-852) inaugura una fase de orientalización de la ciencia andalusí que durará hasta la caída del Califato en 1031. La madurez llegó durante el periodo taifa (1031-1086), que constituyó un "medio Siglo de Oro". Después, entre 1086 y 1232, al-Andalus, al formar parte de los imperios almorávide y almohade, extenderá su influencia al norte de África. Por ello, cuando se inicie el largo periodo de decadencia de la Granada nazarí (1232-1492), la ciencia magrebí se constituyó en la auténtica heredera de la andalusí.(Continuará)
La visión que presenta a al-Andalus como un mero puente cultural que recuperó los saberes heredados de la tradición clásica y de la ciencia islámica oriental y los puso al alcance de los traductores árabo-latinos entre finales del siglo XI y el siglo XIII es del todo inexacta. La ciencia andalusí hizo también importantes aportaciones originales y contó con notables figuras que brillaron con luz propia en la Europa de su tiempo.
Entendemos por al-Andalus aquella parte de la península Ibérica que estuvo sometida a un dominio político estable por parte de los musulmanes durante la Edad Media y donde el árabe se difundió como lengua de la cultura y la ciencia. Los límites cronológicos son, pues, claros: desde 711 (primera entrada de los conquistadores islámicos en la Península) hasta 1492 (toma de Granada por los Reyes Católicos). Respecto al marco geográfico, constituye una realidad que se va encogiendo progresivamente con el transcurso del tiempo: en una primera fase, el islam controlaba todo el espacio peninsular con la excepción de los pequeños núcleos de resistencia situados en el norte; después, poco a poco, a medida que los cristianos van reconquistando territorios, la frontera de al-Andalus se desplazó inexorablemente hacia el sur, quedando finalmente reducido su ámbito al reino de Granada.
La ciencia andalusí se desarrollo, pues, en un espacio cambiante. Así, cada vez que al-Andalus ve reducido su marco territorial como resultado de una conquista rival, los científicos emigran hacia el sur, a tierras islámicas peninsulares o del norte de África. En la España cristiana, serán los judíos los herederos de la tradición científica andalusí, mientras que no existirá una ciencia mudéjar o morisca de envergadura.
Pero no sólo el marco geográfico varió a lo largo de los casi 800 años comprendidos entre la invasión musulmana y la conquista de Granada; también lo hicieron el alcance e importancia de la cultura andalusí. Si durante una primera etapa (711-821) parece existir un cierto vacío que los conquistadores rellenaron recurriendo a los humildes saberes latino-visigodos, el reinado de Abderramán II (821-852) inaugura una fase de orientalización de la ciencia andalusí que durará hasta la caída del Califato en 1031. La madurez llegó durante el periodo taifa (1031-1086), que constituyó un "medio Siglo de Oro". Después, entre 1086 y 1232, al-Andalus, al formar parte de los imperios almorávide y almohade, extenderá su influencia al norte de África. Por ello, cuando se inicie el largo periodo de decadencia de la Granada nazarí (1232-1492), la ciencia magrebí se constituyó en la auténtica heredera de la andalusí.(Continuará)
Julio Samsó - "Muy Especial"
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