13 de noviembre de 2007

LA SUEGRA

El hijo llegó a la casa muy animado, le dijo a su madre que se había enamorado y que se quería casar.
La madre comenzó a hacerle una serie de preguntas y, ante tal avalancha, él le propuso algo:
—Mamá, hagamos una cosa. Mañana voy a traer aquí a tres mujeres y tendrás que adivinar con cuál de ellas me voy a casar. Cuando al final te diga con cuál ya tendrás respuesta a casi todas esas preguntas que ahora me has hecho.

La madre estuvo de acuerdo con la prueba, y al día siguiente el muchacho trajo a la casa a tres mujeres hermosísimas que se sentaron juntas en el sofá del salón y durante unas dos horas estuvieron conversando con la madre del muchacho acerca de lo que conversan las mujeres.
Transcurrido ese tiempo, que el muchacho creyó prudente, le preguntó a su madre:
—Entonces, mamá, ¿eres capaz de adivinar con cuál me voy a casar?
Sin vacilar ni un milisegundo la madre contestó:
—Sí, con la del medio.
Del asombro, el muchacho quedó boquiabierto, e incrédulo exclamó:
—Es increíble, mamá ¡¡¡acertaste!!! Pero, ¿cómo lo hiciste?
A lo que madre, otra vez sin vacilar, contestó:
—Muy sencillo, ¡¡¡NO ME GUSTA!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jejeje..
Muy compleja esta relación entre la suegra y la nuera.. y aunque las mujeres tienen la posibilidad de vivír los dos papeles, no pueden hacer más tranquila la relación..

Anónimo dijo...

Pienso que es cuestión de celos, sobre todo en los primeros años de matrimonio, el problema se hace más grave cuando el marido no hace nada para aclarar las cosas, porque no quiere quedar mal ni con su madre ni con su mujer.
El choque perdura hasta que las dos aprenden a tolerarse..