
Uno de los juegos de mesa más populares en Marruecos es el de las cartas, éstas han servido, ahora menos, para pasar el tiempo en familia o entre amigos sobre todo en el ramadán o el verano. La única baraja que ha existido hasta hace poco ha sido la baraja española con 40 cartas. Se utilizan los mismos nombres en español: dos, tres...sota, rey...etc.
La baraja española consiste en un mazo de 48 naipes, clasificados en 4 "palos" y numerados del 1 al 12 (en la de 40 naipes, faltan los ochos y los nueves). Ciertos mazos incluyen además 2 comodines. Las figuras de la baraja española corresponden a los números 10, 11 y 12, y se llaman "sota", "caballo" y "rey" respectivamente.
Los cuatro palos son: oros, espadas, copas y bastos (en su respectivo orden descendente). Para ciertos juegos se dividen en palos cortos (oros y copas) y largos (bastos y espadas).
Oros simbolizarían el comercio; las Espadas, la nobleza y al ejército; los Bast
os, la agricultura o estado llano, y las Copas, la religión. Cada serie es de doce cartas cada una, siendo su numeración del uno (conocido por "As" hasta el doce. Esta última carta y las dos anteriores, o sean el 11 y el 10, se conocen por los nombres de Rey, Caballo y Sota respectivamente.
El recuadro que rodea la figura tiene una señal para distinguir el palo de que se trate sin desplegar del todo las cartas: las copas una interrupción, las espadas dos, los bastos tres y los oros ninguna. Esta señal se llama la pinta y ha dejado la expresión: le conocí por la pinta (en la baraja francesa, esta señal son las figuritas que hay debajo del número).
Esta baraja es la base de las cartas del Tarot, salvo que se trata de 56 cartas (es lo que se llaman los arcanos menores), con los mismos palos, y que llegan hasta el 10 y además sota, caballo, reina y rey. En el tarot se añaden, además, los arcanos mayores, que son los que, generalmente, se usan para la adivinación.
Antiguamente había varias fábricas en el territorio peninsular, las cuales necesitaban autorización real para garantizar que su fabricación fuera correcta y evitar de ese modo que se pudiera jugar con trampas.
En el siglo XVIII, una de estas fábricas estaba situada en Macharaviaya (Málaga) y era propiedad de la familia Gálvez. Los naipes más conocidos en España, en la actualidad son los fabricados por Heraclio Fournier en Vitoria.
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