6 de enero de 2009

Descubre cuál es tu personalidad

Se puede decir que la personalidad es la forma en que pensamos, sentimos y actuamos. Es lo que hace que ante una misma situación dos personas reaccionen y se enfrenten de forma diferente.
La personalidad determina la forma que tenemos de enfrentarnos al mundo y podemos decir que no existen dos personalidades iguales. La mayoría de los autores coincide en señalar que la personalidad está constituida por factores de origen hereditario y factores ambientales: el temperamento y el carácter.
El temperamento es la parte innata, está determinado por la herencia genética y tienen un papel muy importante la morfología y fisiología de cada persona. Es lo que hace que se tenga cierta tendencia a comportarse de una determinada forma y no de otra. Esto explica que desde que nacen haya niños que son más tranquilos o inquietos, más alegres o serios, etc.
Los factores hereditarios son muy importantes en la formación de la personalidad pero no son decisivos ni incorregibles. No nacemos con una personalidad determinada sino con cierta predisposición a una determinada forma de ser.
El carácter es la parte adquirida, es el resultado de la experiencia, de la educación recibida, el colegio, la familia, los amigos, el ámbito social y cultural, etc. El carácter es más fácil de cambiar que el temperamento.
¿Cambia o se mantiene igual a lo largo del tiempo?
Aunque existe cierta tendencia a comportarse de una forma determinada a través del tiempo, podemos decir que la personalidad cambia a lo largo de la vida. ¿Quién no ha experimentado ciertos cambios en su forma de ser con el paso del tiempo?
Podemos mantener algunos rasgos de nuestra personalidad pero es inevitable que el ambiente, las experiencias vividas, el dolor, las alegrías, etc., vayan modificando y moldeando nuestra personalidad.
Es más fácil que estos cambios se produzcan durante la infancia y adolescencia, ya que en estas etapas de la vida la personalidad aún se está formando y, por lo tanto, es más fácil influir sobre ella.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí, es verdad. Se puede modificar lo adquirido pero es sumamente difícil cambiar lo innato. Ejemplo: un joven puede dejar de ser adicto al tabaco o a la droga (no sin dificultad, claro). Pero el caso es mucho más complicado para dejar de ser nervioso, fantástico o miedoso...
No obstante, no hay que olvidar que todo se puede conseguir con la voluntad y la confianza en sí mismo.
Sahlabi