1 de junio de 2009

El valiente capitán

Un galeón español cargado de tesoros salía de América con rumbo a España. La tripulación temía a cada momento un ataque de aquellos bastardos piratas ingleses... Sólo el capitán parecía tranquilo y su actitud infundía moral en sus hombres.

Una mañana, tal como se temía, se oye gritar:

-¡¡¡Piratas!!! ¡¡¡Piratas!!! -y un barco con la bandera de la calavera y las tibias se aproximaba.

El capitán, sereno, llama a cada uno a sus puestos de combate y le pide a su asistente:

-¡Bautista, mi espada y mi camisa roja!

Tras librar batalla, el barco pirata fue hundido sin mayores problemas. Todos comentaban la entereza del capitán, que era un ejemplo para todos.

Esa misma tarde, se oye de nuevo el temido grito:

-¡¡¡Piratas!!! ¡¡¡Piratas!!! -y se veían dos amenazadores buques piratas.

De nuevo el capitán, sereno, le pide a su asistente:

-¡Bautista, mi espada y mi camisa roja!

Los piratas fueron rechazados, pero esta vez ya con mayores dificultades.

Por la noche, el asistente le pregunta al capitán:

-Señor, ¿por qué en cada batalla naval pide su camisa ROJA?

-Pues verás, si resulto herido, la sangre en la camisa roja no se nota y así la tropa no se desmoraliza.

A la mañana siguiente...

-¡¡¡Piratas!!! ¡¡¡Piratas!!! -los bastardos piratas ingleses se aproximaban en número de DIEZ navíos.

-¡Bautista! Mi espada y mi... ehem... ¡¡MIS PANTALONES MARRONES!!

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