13 de diciembre de 2012

UN NOVIO PARA YASMINA

La primera película de la semana del cine hispano marroquí

Título V.O.:
Un novio para Yasmina
Año de producción:
2008
Distribuidora:
Alta Films
Género:
Comedia Dramática
Clasificación:
Todos los públicos
Estreno:
11 de julio de 2008
Director:
Irene Cardona Bacas
Guión:
Nuria Villazán, Irene Cardona Bacas
Música:
Óscar López-Plaza
Fotografía:
Ernesto Herrera
Intérpretes:
José Luis García Pérez (Alfredo), Sanaa Alaoui (Yasmina), Francisco Olmo (Jorge), María Luisa Borruel (Lola), Paca Velardiez (Mari), José Antonio Lucia (Javi)

Sinopsis

Yasmina no acaba de encajar en el pequeño pueblo donde vive, al que llegó buscando la libertad y con el deseo de terminar sus estudios universitarios. Por su origen marroquí no ha logrado integrarse y no está a gusto ni con los suyos ni con los españoles. Su único refugio, donde se siente ella misma, es una asociación de inmigrantes. Además quiere casarse con Javi, pero el policía no tiene mucha prisa por ir al altar. Parece que Jorge se ha enamorado de ella y que Alfredo se casaría por amistad o dinero.

"Un novio para Yasmina" se mueve entre "la comedia de enredo y el documento realista" según palabras de su directora Irene Cardona, que ha escrito el guión junto a Nuria Villazán. La historia se centra en el viaje de una joven mujer por encontrar su identidad, a la vez que plantea una reflexión sobre la integración. Aquí se juntan personajes españoles, marroquíes, senegaleses... configurando un microcosmos maravilloso para hablar de la vida en pareja, el compromiso social y también, los matrimonios de conveniencia.

Entre los actores destaca la protagonista principal, Sanaa Alaoui (Al otro lado, Yasmina y los hombres), que se identifica con el personaje de Yasmina. Junto a ella, José Luis García Pérez (8 citas), Francisco Olmo (Incautos) y Mª Luisa Borruel, actriz de teatro que ha brillado en obras como "Medea" y "Electra".

Crítica
"Un novio para Yasmina" es un dechado de buenas intenciones. En primer lugar logísticas, en tanto que co-producción hispano-marroquí que se arroga la responsabilidad de tender puentes con el país africano en lo cinematográfico y, más importante quizá, en lo cultural. Como tal película puente entre dos mundos, ensayando una línea de comunicación entre ambos presidida por un ideal de concordia y encuentro, la propuesta de Irene Cardona no puede sino caer simpática. Ahora bien, es precisamente la magnitud simbólica de la empresa quizá causa y consecuencia de su zozobrante deriva. Esa responsabilidad interétnica en pro del diálogo y de un modelo de tolerancia transnacional limita considerablemente la onda expansiva del producto.

Cardona huye del conflicto, de lo sórdido, del contraste crudo entre los dos mundos que chocan, esquiva siempre el marrón de la controversia y los lugares sombríos para componer un idílico y fláccido, precisamente por ello, canto a la convivencia y a la armonía norte-sur. En consecuencia "Un novio para Yasmina" es una película blanca, prácticamente impoluta, en la que, en el peor de los casos, se acepta la ambigüedad o tibieza en el comportamiento de los personajes, pero nunca la perfidia, el rencor o la malicia.

Todo el mundo es bueno, o casi, en esta inane revisión del drama del sin papeles empujado a buscar alianzas administrativas amorfas, a tirar de picaresca para poder integrarse en el nuevo mundo. Lo que trasciende es una visión monodimensional y de profundidad mínima acerca de las paradojas legales y morales del sistema a la hora de acoger al inmigrante. No hay dobleces ni esbozos de oscuridad, y precisamente por ello no hay vida detrás del maquillaje feliz ni de su bienintencionada irrelevancia. Impecable como apelo a la convivencia, insustancial, sin embargo, como tal película, "Un novio para Yasmina" se muerde la lengua permanentemente en un alarde de responsabilidad para con el mensaje que predica. El peaje a pagar es alto: todo es medio verdad, medio creíble y medio dramático. Con tal cantidad de mordazas bastante hace con llegar donde llega.


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