En el manicomio, un loco gritaba:¡Yo soy el enviado de Dios!
Se le acerca otro loco y le dice:No, ¡Yo soy el enviado de Dios!
Y así, los dos locos discuten.
Entonces, se acerca un tercer loco, y les pregunta:¿Qué pasa aquí?
Y el primer loco dice:¡Yo soy el enviado de Dios!
Y el segundo dice:No, ¡Yo soy el enviado de Dios!
Entonces, el tercer loco dice:Un momentito, ¡Yo no he enviado a nadie!
1 comentario:
jjejejeje, hace un tiempo me salté de la risa con ese chiste pero a diferencia de locos, los protagonistas eran argentinos
---> que quede claro que no tengo nada contra los argentinos
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