Cuando era niño, tenía un carácter impulsivo, me hacía reaccionar furiosamente a la menor provocación. La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día mi maestro, que me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó al salón y me entregó una hoja de papel lisa y me dijo: !Estrújala!. Asombrado, obedecí e hice con ella una bolita. Ahora -volvió a decirme- déjala como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarla como estaba, por más que traté, el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.

El corazón de las personas -me dijo el maestro- es como ese papel... La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.
Así aprendí a ser más comprensivo y más paciente; cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado. La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar. Más cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras. Luego queremos enmendar el error, pero ya es tarde. Alguien dijo una vez: "Habla cuando tus palabras sean tan suaves como el silencio".
Un día mi maestro, que me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó al salón y me entregó una hoja de papel lisa y me dijo: !Estrújala!. Asombrado, obedecí e hice con ella una bolita. Ahora -volvió a decirme- déjala como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarla como estaba, por más que traté, el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.

El corazón de las personas -me dijo el maestro- es como ese papel... La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas y esos pliegues.
Así aprendí a ser más comprensivo y más paciente; cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado. La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar. Más cuando lastimamos con nuestras reacciones o con nuestras palabras. Luego queremos enmendar el error, pero ya es tarde. Alguien dijo una vez: "Habla cuando tus palabras sean tan suaves como el silencio".
3 comentarios:
Es una gran lección... La vida debe crear esas arrugas a quien tienes a tu alrededor porque también plegando bien un folio al extenderlo de nuevo se le notan las marcas. Eso es vivir y compartir.
En muchas ocasiones no controlamos nuestros impulsos y sin pensar arrojamos en la cara del otro, palabras llenas de odio y rencor, y cuando pensamos en ello, nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado.
Muchas personas dicen: Aunque le duela se lo voy decir, la verdad siempre duele, no le gustó porque le dije la verdad... Si sabemos que algo va a doler, a lastimar, si por un instante imagináramos cómo podríamos sentirnos nosotros si alguien nos hablara o actuara así... ¿lo haríamos? Es cierto que cada uno de nosotros tenemos una forma de ser distinta, pero creo que las cosas que uno piensa siempre se pueden decir en un tono amable y más aún si se trata de un amigo, ya que precisamente por ser un amigo, siempre estará dispuesto a escuchar... Otras personas dicen ser frontales y de esa manera se justifican al lastimar: Se lo dije al fin... para que le voy a mentir, yo siempre digo la verdad aunque duela...
Qué distinto sería todo si pensáramos antes de actuar, si todo lo que sale de nosotros lo recibiéramos nosotros mismos, no crees? Entonces sí que nos esforzaríamos por dar lo mejor y por analizar la calidad de lo que vamos a entregar.
Salud2
La furia es un sentimiento peligroso. Con los años he aprendido a callar en momentos de ira, porque si no te pasan factura (todavía no lo controlo del todo..). Como dice un proverbio chino: "Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza."
Hola,
yo pienso que hay situaciones que te empujan a tener este carácter,sólo este carácter, por lo menos, es lo que me pasa..hay personas que merecen esto y a veces merecen más, y aunque es una reacción spontanea, resultada de la tensión de la provocación, es la única manera de responder a algunas personas..
Siempre hablamos del negativo en este comportamiento, pero, no hay que olvidar que estas personas que causan la provocación dejan también en nosotros una impresión dificil de borrar..
y quien no quiere escuchar algo que lo hiere, no debe hacer lo mismo a los demás, todo en la vida es lógico, los comportamientos entre humanos forman una ecuación..
El problema es que pasan mucho tiempo para resolverla..
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